sábado, 3 de diciembre de 2011

REFLEXION TEOLOGICA

 
Al declarar a María Madre de la Iglesia se esta afirmando una realidad, no es solamente un titulo. Corresponde a una real maternidad espiritual.
 
María es Madre Espiritual perfecta de la Iglesia.
 
1- Porque es madre de Jesús y su mas íntima compañera en la economía de la salvación. Participó con su Hijo del sacrificio de la
Redención y por él fue proclamada madre no solo de su discípulo Juan sino de todo el género humano. "Ella continúa desde el
Cielo cumpliendo su función maternal de cooperadora en el nacimiento y en el desarrollo de la vida divina en cada una de
las almas de los hombres redimidos"
 
2- Como toda madre humana, María, no se limita a dar vida sino a alimentar y educar. ¿De qué modo coopera María en el incremento de los miembros del cuerpo Místico en la vida de la gracia?
    -Mediante su incesante intercesión inspirada por una ardiente caridad. Ella aunque está inmersa en la visión de la Trinidad
    no olvida a sus hijos desterrados- como ella un día- en la peregrinación de la fe. Mas aún contemplándolos en Dios y viendo
    sus necesidades, en comunión con Jesús siempre vivo para interceder por nosotros, se hace nuestra Abogada, Auxiliadora,
    Intercesora, Mediadora. (Esto se sabe desde los primeros siglos: bajo tu amparo)
    -Su intervención obtiene de la mediación de Cristo la propia fuerza y es una prueba luminosa de la fuerza de Cristo.
    Su intercesión es en virtud de Cristo.
 
3- María, modelo y ejemplo de virtud. Además de la intercesión, ella ejerce sobre los hombres redimidos otro influjo: el ejemplo.
 
Su influjo es real e importantísimo, pues ella ha vivido perfectamente las virtudes de Cristo. Ella no sólo nos llama sino que su ejemplo nos mueve y nos anima a vivir una vida de perfección. Así como el Poderoso hizo grandes cosas en ella,
así las puede hacer en nosotros si le permitimos.
 
Además, conviene tener presente que la eminente santidad de María, no fue sólo un don singular de la generosidad divina; fue
también el fruto de la continua y generosa correspondencia de su libre voluntad a las mociones internas del ES.
 
Por su perfecta armonía entre la gracia divina y la actividad de su naturaleza humana, la Virgen dio suma gloria a la Stma.
Trinidad y se convirtió en insigne decoro de la Iglesia.
 
La Santidad de María mueve los fieles a levantar los ojos hacia ella pues brilla como modelo de virtud ante la comunidad de los
elegidos (LG 65)
 

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